Biblioteca de La Rioja Dónde estamos |
Contacto Teléfono: 941 294 500 (centralita) |
![]() |
Publicada en el año 1869, El idiota es una de las obras más famosas de Dostoievski. Con ella, Fiódor buscó reflejar y encarnar en el personaje principal, el ideal cristiano de bondad. El Príncipe Myshkin es el encargado de representar "El idiota", y para ello, se le otorgan características como la carencia de astucia, el estar psicológicamente enfermo, la ingenuidad y la inocencia o más bien, "candidez". Es un personaje que muestra también mucha transparencia en sus actos, no tiene ningún tipo de doble intención y aparece siempre descrito con rasgos que recuerdan a la luminosidad o a los ángeles, incluso en apariencia física. Rubio, ojos azules, pelo espeso, delicado, agradable...
Situada en la Rusia de mediados del siglo XIX, el protagonista principal comparte una característica con el mismo escritor, Dostoyevski: sufre epilepsia. Por ello, la historia empieza a desarrollarse cuando, de niño, el príncipe es mandado a Suiza para ser tratado por un médico que terminará por hacerse cargo de él económicamente. El príncipe carece de familia, tiene solo una tía lejana que vive en San Petersburgo y a la que decide escribirle una carta para ir a visitarla. Una vez allí, conocerá diversos personajes con los que tratará temas varios como la pena de muerte, además de enamorarse y conocer las capas de la sociedad burguesa del momento. Como curiosidad, Dostoyevski fue condenado a la pena de muerte en la guillotina por conspirar contra el zar Nicolás I, y fue un hecho que le marcó bastante a pesar de ser finalmente perdonado al pie del patíbulo.
La ingenuidad que muestra Myshkin durante toda la obra es tachada por los demás como estupidez, de ahí el título que da nombre al libro. Su bondad llega a ser exagerada incluso extravagante, llegando a excusar malas conductas que realmente no tienen excusa o a pedir perdón por cosas que no ha hecho y en realidad incluso le han llegado a hacer a él. El príncipe, en cierta forma, no ve el mundo real, no conoce las intenciones humanas.
Aparece también mucho contenido político en el libro, sobre el sistema burocrático ruso, críticas a las ideas de crear trabajo innecesariamente. Es una novela con mucha dimensión tanto ética como religiosa. El personaje principal, ha acabado siendo el más conocido arquetipo moral de las novelas de Fiódor Dostoievski.
En El idiota, Dostoievski intenta retratar al hombre ideal, un "individuo positivamente bello". El príncipe Myshkin representa todas las cualidades que Dostoievski considera los mejores aspectos de un ser humano. En primer lugar, es franco y abierto; a diferencia de otros miembros de la alta sociedad, como Ganya y el general Yepanchin, Myshkin no oculta sus verdaderos sentimientos tras un barniz de amabilidad para ganar algo o simplemente mantener las apariencias. El príncipe siempre dice lo que piensa, sin importar si es perfectamente apropiado para el entorno social. El príncipe Myshkin también es muy manso. A diferencia de otros personajes -Ganya, que considera su yo y su reputación más importantes que cualquier otra cosa en la vida; Nastassya Filippovna, que se preocupa más de su propia vergüenza que de la felicidad de Myshkin o de Aglaya; Hipólito, que no puede aceptar la muerte sin hacer algún tipo de declaración memorable- Myshkin no piensa en absoluto en sí mismo. A diferencia de los demás personajes, muchos de los cuales intentan imponerse constantemente, Myshkin es muy altruista. No sólo es humilde, sino también muy generoso y compasivo. Estos rasgos aparentemente perfectos del hombre chocan frontalmente con un mundo corrupto.
¿Qué sucede cuando el ser humano ideal entra en el mundo real? Para Dostoievski, el hombre ideal no trae el bien, sino que su propia bondad es invertida y manipulada, lo que lleva a la destrucción tanto de él como de su ideal. El mundo en el que entra el Príncipe Myshkin es un mundo de corrupción y decadencia moral, con el dinero como objeto de principal importancia. En este mundo, el dinero no sólo lo convierte a uno en un mejor ser humano (Ganya, por ejemplo, cree que puede curar su mediocridad), sino que también puede obtener una hermosa novia (los distintos hombres pujan por Nastassya Filippovna). Nadie considera que el príncipe Myshkin sea un buen marido para Aglaya, mientras que casi todos consideran a Ptitsyn -un emblema de la mediocridad que se ha enriquecido con la usura- el partido más respetable. Las mujeres bellas e inteligentes, como Nastassya Filippovna, son deshonradas y, en consecuencia, destruidas.
El mundo de la novela también está lleno de borrachos (Lébedev, el general Ivolgin, Ferdyshchenko, Rogozhin y compañía) y de pícaros (Lébedev, Doktorenko, Keller, Ferdyshchenko y otros). Prácticamente todos los demás, como los Ptitsyn y los Ivolgins, son ordinarios. La alta sociedad está llena de naderías superficiales junto con otros -como el general Yepanchin- que se han comportado de forma obsequiosa con estas naderías para conseguir una posición elevada. Aunque Myshkin es infinitamente superior al mundo en el que entra, su efecto en este mundo es, en última instancia, nulo: una mezcla de positivo y negativo. Aunque Myshkin intenta ayudar a los que le rodean, lleva a varios de ellos -General Ivolgin, Nastassya Filippovna, Aglaya- a la destrucción. El fracaso de la compasión de Myshkin para salvar a los que más le importan, especialmente a Nastassya Filippovna, le lleva a la locura.
El príncipe Myshkin es una figura de Cristo, aunque Dostoievski añade lo que considera un elemento ruso a este mesías. Myshkin describe la religión como un sentimiento inmensamente fuerte, similar a la alegría que siente Dios por su creación, un sentimiento que reconoce cuando ve a una joven madre amamantar alegremente a su bebé. Al igual que la idea de que la religión es un sentimiento y no un conjunto de reglas que uno sigue, el carácter crístico de Myshkin también puede reducirse a un sentimiento: su inmensa compasión y amor por los demás.
Dostoievski explora la idea de la redención en una serie de personajes condenados. Myshkin, durante su primer encuentro con los Yepanchin, trata de imaginar los sentimientos de un condenado antes de su ejecución. Más adelante, la novela desvela personajes que -al igual que el hombre que está cerca del patíbulo y espera su ejecución- están al borde de la ruina. Entre estos personajes se encuentran la suiza Marie, Nastassya Filippovna, Hippolite, Rogozhin, el general Ivolgin e incluso Aglaya. Myshkin ofrece algún tipo de esperanza: si no la anulación completa de la sentencia de muerte, al menos la atenuación del sufrimiento psicológico que ésta inflige a los condenados.
El idiota también está lleno de pecadores, desde borrachos inofensivos como el general Ivolgin hasta mentirosos y pícaros habituales como Ferdyshchenko, Lebedev, Keller, Doktorenko e incluso asesinos como Rogozhin. El príncipe Myshkin pasa mucho tiempo con todos estos pecadores, incluso después de que muchos de ellos le hayan ofendido. Necesitan al príncipe moral y espiritualmente; sus intentos de ayudarles incluso después de sus afrentas representan el colmo de la compasión desinteresada.
Biblioteca de La Rioja Dónde estamos |
Contacto Teléfono: 941 294 500 (centralita) |
![]() |