Biblioteca de La Rioja Dónde estamos |
Contacto Teléfono: 941 294 500 (centralita) |
![]() |
#EscritorasdeAsia
Agarra el pomo de la puerta. Está congelado como un trozo de hielo, una frialdad que parece advertirla de que ya no hay marcha atrás. Kiwako sabe que los días laborables, a partir de las ocho y diez de la mañana, el apartamento no está cerrado con llave durante unos veinte minutos. No hay nadie. En este intervalo dejan solo al bebé. Sin vacilar gira el pomo. 'No voy a hacer nada malo. Sólo quiero verlo un momento. Sólo me gustaría ver a su bebé; eso es todo. Después pondré punto y final. Lo olvidaré todo y empezaré una nueva vida.' Kiwako pasa por encima de los futones para acercarse a la cuna. El bebé llora, mueve los brazos y las piernas. Tiene la cara roja. Kiwako alarga una mano temerosa, como si fuera a tocar un explosivo, y la mete por debajo de su espalda. Lo toma entre sus brazos. El bebé tuerce la boca; a pesar de sus ojos llorosos sonríe. Sí, claramente ha sonreído. Kiwako es incapaz de moverse, está paralizada. El bebé se ríe aún más, empieza a babear, a estirar sus extremidades con golpes secos. Kiwako lo abraza contra su pecho. Acerca la cara a su pelo suave, respira hondo para impregnarse de su olor. Kiwako murmura como si estuviera hechizada: 'Te protegeré. Voy a protegerte para siempre'. En sus brazos el bebé juguetea como si la reconociera, como si la consolara y al mismo tiempo la perdonara. Kiwako se ha desabrochado el abrigo para meter dentro el bebé, como si lo envolviera. Después ha empezado a correr a ciegas. Desde ese día, Kiwako y el bebé robado vivirán una huida sin fin. La lucha desesperada de Kiwako por vivir su maternidad atrapa al lector sin que pueda abandonar la lectura hasta un final que se lee con un nudo en la garganta.
Kiwako es una mujer desesperada, que lo ha perdido todo en la vida y parece que ya no tiene nada más que perder. Quizá por ello comete una de las locuras más grandes que puede cometer un ser humano: robar una vida. Una mañana se cuela en casa de un matrimonio y les roba su bebé de pocos meses. Claro, no hay nada fortuito en esta elección. Resulta que Takehiro, el padre del bebé, ha tenido una aventura de muy larga duración con Kiwako. Como siempre sucede en estos casos, el hombre casado le promete a la amante que se irá con ella y serán felices, pero nunca llega el día. En este caso hay que sumarle que la esposa de Takehiro se ha quedado embarazada y ha tenido un bebé, el bebé que Kiwako siente que debería ser de Takehiro y suyo.
Desde el primer momento, la vida de Kiwako se convierte en una huida. No tiene padres, no tiene amigos, no tiene dónde ir. Pero no le importa, tiene en sus brazos a su niña y hará lo que sea posible para cuidarla como una hija.
La novela está estructurada en dos partes con dos voces diferentes, por un lado la de Kiwako y por otra la de la niña. La novela está muy bien planteada, porque a pesar de estar narrada en primera persona consigue darle una voz muy neutra. Las dos narradoras nos cuentan lo que sucede y cómo se sienten en cada momento, pero no aporta juicios de valor, no intenta llevarte a su razonamiento, a su visión particular.
En el trasfondo de la novela están las relaciones familiares, el maltrato a las mujeres (que no tiene por qué ser físico), y un tema que se muestra muy abiertamente y sorprende más aún viviendo de una novela japonesa: el tema de la maternidad. La sociedad automáticamente adjudica a todas las mujeres el rol de madres por el hecho de poder tener hijos. Pero ni todas las mujeres quieren esa responsabilidad, ni están preparadas. Personalmente, siempre me han sorprendido mucho las trabas administrativas que se pone a las personas que quieren adoptar un niño, porque creo que el simple hecho de demostrar que quieres ocuparte de él tiene más valor que la gente que tiene hijos sin ser conscientes de la labor y la responsabilidad tan enorme que supone.
Y aunque creamos que estamos en el s. XXI y que ya no se cree que todas las mujeres deban ser madres, la realidad no es así. Se sigue discriminando a las mujeres laboralmente por miedo a que te dejen en la estacada si se quedan embarazadas, peores condiciones laborales, peores sueldos, más complicaciones a la hora de contratar, y si te contratan discriminación en la empresa si llegas a tener hijos por el simple hecho de que tus prioridades vitales hayan cambiado.
La realidad que nos muestra la novela es muy dura: mujeres engañadas por sus maridos, o utilizadas para engañar, mujeres a las que se las obliga a abortar, o que son despreciadas si siguen adelante y crían a sus hijos solas. El panorama que nos muestra no es alentador, y la crítica social es brutal. Y además, todo cubierto por ese halo de elegancia y respeto que desprenden las novelas japonesas, equilibrio muy difícil de conseguir.
Nacida en Yokohama, Japón, en 1967, Mitsuyo Kakuta es autora de más de cincuenta novelas, libros de cuentos y ensayos. Ha ganado trece premios literarios en su país, junto con el Naoki Prize por el libro Taigan no Kanojo (Ella en la otra orilla) y el premio Chuo Koron por La cigarra del octavo día, en 2007, que se convirtió en una serie dramática de televisión, así como en una película. El libro vendió más de un millón de ejemplares, superando de este modo a los autores más vendidos en Japón. Actualmente vive en Tokio.
Biblioteca de La Rioja Dónde estamos |
Contacto Teléfono: 941 294 500 (centralita) |
![]() |