El Anónimo fue a menudo una mujer

DÍA DE LAS ESCRITORAS 2020
El esfuerzo cotidiano de las mujeres

En 1847 Cumbres borrascosas se editó como obra anónima. Los críticos la consideraron poderosa y original. Y la obra de un escritor nuevo y prometedor, posiblemente de los grandes. En 1850 la segunda edición rebeló la autoría de Emily Brontë y la crítica cambió de "obra poderosa" y "realismo brutal" a "novela de amor distorsionada".
Ser mujer nunca ha sido de por sí tarea fácil. Mujer y escritora todavía menos. Hubo un tiempo en que las mujeres ni escribían ni leían. La literatura era un terreno reservado exclusivamente a los hombres y de ellas solo se esperaba que tuvieran hijos y atendieran las tareas del hogar, en ningún caso que se volcaran en una labor intelectual. Sin embargo, a pesar de estos impedimentos, algunas autoras desafiaron los convencionalismos y lograron ingeniárselas para poder publicar sus escritos en un mundo en el que carecían de derechos.
Ocultarse bajo un seudónimo masculino o el anonimato y escribir a escondidas son algunas de las herramientas que emplearon un gran número de escritoras para hacer llegar sus voces al público y evitar que fueran considerados textos menores por el simple hecho de estar escritos por una mujer.
Joanna Russ sistematizó en 1983 los obstáculos para escribir, publicar y ser reconocidas, que diferentes autoras y estudiosas habían ido sacando a la luz, en un libro que sigue estando de plena actualidad. Y resumió los mismos en 11 categorías que tienden a entrecruzarse: Prohibiciones (legales o sociales), Mala fe (técnicas de contención, menosprecio y negación), Negación de la autoría, Aislamiento, Anomalía (que una escritora sea buena es algo anómalo), Reacciones, Estética.
Russ va desgranado todos esos tópicos apoyándose en libros importantes como Una habitación propia de Virginia Woolf, que ya reflexionó sobre las mujeres de su época y su espacio en la literatura, hasta las primeras audacias de gente como Emily Brönte y sus hermanas, que desde el interior de una escuela parroquial tenían más conocimiento de la especie humana que muchos laureados y más reconocidos autores varones.
Los lugares más comunes, cuando es posible sacar un libro a la luz, son la ocultación de la autoría o el seudónimo (en muchos casos masculino), la exclusión de las grandes obras sobre literatura o el menosprecio o, incluso, manipulación de editores y críticos. Por supuesto, tenemos la atribución de las escritoras a géneros menores para minusvalorar sus obras. La publicación de Celia en la revolución de 1987 no fue casi reflejada, dejando como libro para señoritas una de las mejores novelas sobre la guerra civil que ha tenido que esperar treinta años a ser rescatada. Las dudas sobre la autoría de grandes obras ha sido una constante para las literatas, que se veían acusadas de suplantación o de ayuda por parte de familiares masculinos. Jane Eyre llegó a ser atribuida a una pareja de hermano y hermana. El olvido del resto de la obra de una determinada autora suele ser otra constante. Mary Shelley escribió varias obras tan interesantes como Frankenstein, entre ellas una obra de ciencia ficción que anticipa elementos que luego se considerarán novedosos y espectaculares en Jules Verne: El último hombre. Esta obra permaneció en el olvido desde su criticadísima primera edición de 1826 hasta los años sesenta.
Mención especial merece la dura relación entre la escritora y el matrimonio. La literatura tiene la virtud de unir vidas, pero la parte femenina de la pareja literaria se ha visto continuamente absorbida por la masculina. Escritoras que han dejado su propia obra aparte para acabar siendo secretarias, editoras o correctoras como Simone de Beauvoir (su escasa lista de publicaciones puede considerarse tan valiosa o más que la de Sartre, su marido) o cuya obra ha sido absorbida por el nombre del marido, de forma voluntaria u obligada, como el caso de María de la O Lejarraga, que incluso acabó siendo conocida con los apellidos de su marido. Siempre y cuando el poder marital no haya obligado a renunciar al deseo de escribir.
Quizá la más lamentable de estas dificultades sea el extremo del suicidio en el que acabaron algunas autoras como Sylivia Plath o Emily Dickinson.
La anécdota más significativa entre las citadas por Russ es la conversación de un editor británico sobre Ursula K. Le Guin, una de las figuras más significativas e influyentes de la novela fantástica y de ciencia-ficción, en la que se refiere a Ursula usando el pronombre "él"; una forma como otra cualquiera de justificar que "las escritoras de ciencia ficción no vendían".

Este centro de interés se ha basado en las obras que se relatan a continuación. En su edición actualizada se acompaña de una nutrida representación de grandes obras de mujeres españolas que fueron olvidadas, criticadas, menospreciadas o suplantadas. Y que han sido destacadas para la celebración del Día de las Escritoras 2020. Al mismo tiempo se acompañan una serie de enlaces web con más reflexiones sobre esta parte negra de la historia de la literatura.

24 escritoras brillantes que no estaban en el canon tradicional hasta ahora. magnet.xataka.com
Escritoras en la sombra. jotdown.es
clasicasymodernas.org
Literatura: grandes mujeres ocultas por el talento de sus maridos. columnazero.com
10 escritoras que se hicieron pasar por hombres. soyunachicamala.wordpress.com
8 Escritoras que firmaron bajo el seudónimo masculino para ser leídas. diariocorreo.pe
Escritoras en un mundo de hombres. diariodeleon.es
El club de las autoras resucitadas. elperiodico.com
Casadas con el trabajo sucio de los escritores. elespanol.com
Escritoras y Personajes Femeninos en la Literatura. Comunidad de Facebook
El sexismo que solo sufren las escritoras y que nunca cuentan en las entrevistas. eldiario.es
Mujeres escritoras: los datos de la brecha de género en la literatura. rtve.es
Escritoras españolas de posguerra: la fantasía inaceptable. docemiradas.net
Catálogo de estudios relacionados con escritoras españolas. cervantesvirtual.com
La cruda realidad que las escritoras jóvenes deberían saber. elconfidencial.com
Mujeres rebeldes del siglo XIX: cinco escritoras españolas en lucha. lit-fem.com
El realismo feroz de Barbara Baynton en Estudios de lo salvaje. lit-fem.com/
Escritoras en la sombra que no se rindieron. 20minutos.es
Cuando la escritora firma su libro con nombre de hombre.biblogtecarios.es
Women Write About Family, Men Write About War. newrepublic.com



 



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